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“El judaísmo: sus divisiones y el Mesías,” Tomo III:152-163
Por:  Dr. Donald T. Moore

Con aproximadamente 2,000 miembros, el judaísmo después de un siglo de libertad del culto tiene una presencia mayor en Puerto Rico que en cualquier otra isla del Caribe. Antes del 1898 evidentemente habían algunos sefarditas, pero después de la Guerra Hispanoamericana vinieron otros judíos entre los militares estadounidenses y en la administración. Otros del Europa central y oriental vinieron después de la Primera Guerra Mundial y con la Segunda Guerra Mundial llegaron aun más entre los militares junto con dos rabinos y en 1942 se incorpora la comunidad judía. La Congregación Shaare Tzedek ("Puertas de misericordia"), una conservadora, consiguió un lugar de reunión en 1953 y más tarde se transformó en una congregación de orientación hispana con la inmigración de familias judías cubanas. Después del comienzo de la "Operación Manos a la Obra," ejecutivos y empleados de comercios judíos llegaron, inclusive un abogado del continente. Una segunda sinagoga se estableció con el arribo de otro grupo de judíos estadounidenses, compuesto principalmente de profesionales, educadores, administradores y siervos civiles. Para 1967 la congregación reformada judía en Miramar fue conocida también como el Templo Beth Shalom ("Casa de Paz"). Además, hay una variedad de organizaciones judías en la isla y algunas hacen actividades filantrópicas . Se anuncian las actividades especiales de los judíos y sus fiestas principales en la prensa, tales como la conmemoración del holocausto, Hánukka, la Pascua y su nuevo año. También en ocasiones se han anunciado actividades del judaísmo mesiánico en la isla como las del B'nai Israel.

 

Las raíces históricas del judaísmo de hoy                                                              

 

El surgimiento del judaísmo de los fariseos: El concepto clave que llevó a la formación de los fariseos fue el deseo de edificar un muro alrededor de la ley de Moisés, ya que los judíos sufrieron un castigo por décadas durante el exilio en Babilonia debido a su desobediencia a las 613 leyes.  El propósito de poner unos principios alrededor de la ley fue evitar a que fuera quebrantada. Así que los principios servían como muro para evitar la desobediencia. Esta práctica comenzó como un asunto de principio. Creían que Dios dio dos leyes, la primera escrita en el Pentateuco o la Torá y la otra su explicación, la ley oral, a ser trasmitida oralmente por tradición. Se entendía que la Mishna constituía una clarificación oral de la ley escrita. Cerca del 220 a.C. la segunda fue puesta por escrito y se le llamó la Mishna (heb. = "repetir"). En el Nuevo Testamento se le llama la tradición de los hombres o de los padres (Mt. 7:7; Gá. 1:14). La misma aumentó la carga de la gente. Al pasar el tiempo unos líderes decidieron que hacían falta explicaciones de la Mishna, las cuales llamaron la Gemara (heb. "aprender"). Era una especie de comentario sobre la Mishna. Combinaron la Mishna y la Gemara para formar el Talmud (heb: "enseñanza," "estudio," "lo aprendido").


    ¿Quiénes prepararon estas tradiciones orales del judaísmo rabínico? Evidentemente antes del año 1200 a.C. Moisés y posiblemente algunos ayudantes prepararon la ley mosaica. Después entre 450-150 a.C. los escribas (heb.: "soferim") Esdras y sus discípulos desarrollaron los principios de la interpretación y la aplicación solamente. Una de las aplicaciones claves fue que un escriba ("Sofer") no podía estar en desacuerdo con la ley de Moisés, la Torá, pero sí con otro escriba.
    Entre 150 a.C. y 200 d.C. existía la escuela de los "Tannaim" (heb.: "los repetidores"). Aunque dicen que la Mishna data desde los tiempos de Esdras, no existe evidencia de ello. Los repetidores desarrollaron las reglas legales que incluían la principal de que ninguno podría estar en desacuerdo con un escriba, pero sí con otro repetidor ("Tanna"). Probablemente el apóstol Pablo como rabino era miembro de la escuela de los repetidores (Gá. 1:14).


    Entre los años 200 y 300 d.C. surgió la escuela de los "Amoraim" (heb.: "portavoces"; "intérpretes"). Estos desarrollaron un comentario sobre la Mishna, la Gemara. Un "Amora" podía estar en desacuerdo con otro, pero no con un "Tanna."  Para formar el Talmud se combinaron la Mishna y la Gemara.


    Al pasar los años se desarrolló una especie de lógica ("Pilpul") que tenía como meta anticipar cualquier interpretación posible de las leyes y cualquier manera de quebrantarlas. Por ejemplo, la ley de no guisar o cocer "el cabrito en la leche de su madre" (Ex. 23:19; 34:26; Dt. 14:21) aparece tres veces y probablemente tenía que ver con una práctica idólatra y pagana  y por ende tenía el propósito de mantener al pueblo de Dios separado de los paganos y sus dioses. Pero el dilema para el judaísmo rabínico fue cómo asegurar a que nunca jamás fuera quebrantada esta ley. Se solucionó mediante la práctica de tener unos platos para la leche y otros para la carne cuando comían. Más tarde tenían unos utensilios para la preparación de la leche y otros para la carne. Luego, los ricos tendrían dos lavadoras, una para los trastes de la carne y otra para los de la leche. El problema de todo este proceso de lógica es que aunque la interpretación era correcta, llevaron la aplicación a un extremo.

    Jesús y el judaísmo de los fariseos: Surgieron conflictos entre Jesús y los fariseos sobre las interpretaciones de la ley. El punto clave del conflicto fue ¿quién tenía la autoridad de interpretar la ley correctamente? En el sermón del monte Jesús contradijo las enseñanzas de los fariseos e insistió que a menos que la justicia de los discípulos superara la de los fariseos, no entrarían al Reino (Mt. 5:20). Obviamente Jesús presentaba una fe diferente a los legalismos de los fariseos y su lógica convolucionada. Una de las controversias principales entre ellos fue sobre el sábado, lo cual evidentemente se convirtió en el asunto central, ya que su observancia fue una pauta sobresaliente de los fariseos. Cristo trató de corregir sus legalismos, pero ya que los fariseos querían proteger la ley, pensaban que Jesús trataba de quebrantarla. Probablemente por eso en su sermón del monte Jesús insistió que no había venido para destruir la ley sino para cumplirla ("completarla;" "darle su verdadero sentido") (Mt. 5:17). 


    No obstante, el conflicto fue tan reñido que terminó con los judíos rechazando a Jesús como el Mesías, aunque sus acusadores daban otras razones para el rechazo. En Mateo 12:22-45 la razón que dieron fue que El estaba posesionado por el jefe de los demonios. Esto es esencialmente la misma razón que dieron para el rechazo de Juan el Bautista (Lu. 7:28-35), pero en esencia querían decir que Jesús no hacía las cosas como ellos. En realidad optaron por matarlo por razones nacionalistas y egoístas, pues temieron perder su poder religioso y el control sobre el pueblo (Jn. 11:41-53). Pero antes de su muerte, Jesús advirtió que vendría un juicio sobre ellos en el futuro (Lu. 19:41-44; Mt. 24:1-39; Lu. 21:32). De hecho estas profecías se cumplieron en el año 70 d.C. con la destrucción de Jerusalén y su templo.

    La enseñanza apostólica acerca de la ley (30-66 d.C.): Los apóstoles estaban conscientes de la importancia de la ley. Hicieron claro que la ley tenía su utilidad, pero que su propósito tuvo un cumplimiento. El pasaje más claro sobre su propósito está en Gálatas 3:19, donde Pablo dice que la ley fue añadida a la promesa de Abraham. Eso hace claro que no fue algo permanente. El punto de Pablo es que no existía la ley hasta 400 años después de la promesa con Abraham (Gn. 12-15). Esta promesa de Dios a Abraham (Gn. 12:1-3, 7; 13:14-17; 15, 17) y confirmada a través de Isaac (26:2-5, 24) y Jacob (28:13-15) tenía tres ingredientes: las bendiciones de la tierra, de la simiente (una nación) y las espirituales. Se ha insistido que la promesa a Abraham fue incondicional y eterna.


    ¿Cuáles eran los efectos de la ley? El primero fue que hizo una distinción en el estilo de vida del pueblo de Dios y los paganos (Dt. 4:6-8; 7:6-11). Servía, además, para revelar la norma de justicia de Dios (Sal. 19:7-11; 40:8), la naturaleza del pecado (Ro. 3:20; 7:7) y la necesidad de una expiación sustitucionaria (He. 9:22; Lev. 17:11). No sólo proveería una dirección práctica a diario (Sal. 119:105) sino también sería una causa para que el hombre pecara más (Ro. 5:20; 7:8-10; 1 Co. 15:56). Además, llevaría a algunos a la desesperación (Ro. 7:12-25) y a otros a confiar en Dios para la salvación más bien que en sus propias obras (Ro. 8:1-4; 1 Co. 15:57).


    ¿Por qué se añadió la ley de Moisés a la promesa de Abraham? Los beneficiarios de la promesa de Abraham tenían que vivir conforme al filtro de la ley de Moisés hasta la venida de la simiente (Gá. 3:17), es a saber, el Mesías, pero la venida de esa semilla terminó la vigencia de la ley para los descendientes de Abraham. Así que guardar la ley no es necesario ni para la justificación ni para la santificación. Entonces, en el día de hoy ¿tiene utilidad la ley? Sigue teniendo una utilidad en la instrucción (1 Ti. 3:16-17), pues es buena y santa (Ro. 15:4).

    La primera revuelta judía (66-70 d.C.) y después (70-132 d.C.): En la primera revuelta los judíos que seguían a Jesús como el Mesías confrontaron un dilema: ¿debían pelear contra los romanos al lado de los otros judíos o no? Conforme a las profecías de Jesús (Lu. 21:20-22) Jerusalén fue destinada a ser destruida debido a su rechazo del Mesías. La señal sería cuando veían al ejército romano rodear la ciudad, pero ¿cómo podrían salir de la ciudad una vez rodeada? Lo que ocurrió fue que el ejército romano levantó el sitio brevemente y regresó a Cesarea. Al irse los militares, los cristianos salieron de Jerusalén y fueron al noreste a Pela. Luego otra vez en el 68 d.C. el ejército romano volvió a sitiar la ciudad y dos años más tarde fue destruida.


    Según el historiador Eusebio los cristianos de Jerusalén entendieron la predicción de Cristo sobre la destrucción de la ciudad y que tenían que abandonarla. Fueron a Pela y los judíos que se quedaron fueron derrotados ya que no tenían el apoyo de los judíos mesiánicos. Un historiador judío afirma que murieron más de 700,000 judíos en la guerra. 
    Los resultados de todo este proceso fueron tres. Primero, ensanchó la brecha entre los judíos mesiánicos y los otros judíos. El rabino Johanan ben Zakkai escapó escondiéndose en un cajón. Fue llevado al campamento de Vespasiano donde dio la profecía de que éste sería emperador de Roma. Le permitieron al rabino ir al pueblo de Jamnia para establecer una escuela o seminario judío, donde la Mishna fue puesta por escrito. Más tarde el rabino Johanan ben Zakkai fue como misionero a Galilea en el primer siglo y posiblemente Hechos 4:6 se refiere a él. Los líderes de los judíos entre el 70 al 90 d.C. eran fariseos quienes en su mayoría se oponían a los creyentes en Jesús. Sin los sacrificios del templo y el sacerdocio, el judaísmo tuvo que ser reconstruido.


    El segundo resultado fue la destrucción del templo. Esto resolvió el problema principal para los judíos mesiánicos entre el 30 y el 70 d.C. ¿Debían participar en el sistema sacrificial del templo y en los ritos en el templo? La contestación ahora fue fácil. Si no había templo, tampoco había ritos en el templo.


    El tercer resultado fue que los creyentes mesiánicos ya tuvieron excelentes argumentos a favor de Jesús para convencer a los otros judíos que El era el Mesías. Sus profecías acerca de la destrucción de Jerusalén y del templo se cumplieron al pie de la letra y eso facilitaba el testimonio a los otros judíos.


    En el período entre las dos revueltas evidentemente los creyentes que estuvieron en Pela regresaron a formar la congregación en Jerusalén. Ya con su presencia en Jerusalén, las relaciones entre los judíos mesiánicos y los otros judíos eran conflictivas y a veces tensas. El judaísmo rabínico bajo Johanan ben Zakkai, ya no tenía un templo central o un centro para el culto. Así que ellos se vieron obligados a romper con el judaísmo del Antiguo Testamento y si el judaísmo rabínico no era la continuación de aquella expresión de fe, tampoco fue el cristianismo una nueva secta separada de la fe hebrea. Más bien la fe cristiana fue la continuación de la revelación de Dios. Los rabinos se unieron bajo el liderato de Johanan ben Zakkai y la sinagoga sustituyó al templo como el lugar de adoración judía y los rabinos reemplazaron a los sacerdotes y se constituyeron en la principal oposición a los judíos que seguían a Jesucristo.


    El judaísmo mesiánico seguía extendiéndose. Ya daban énfasis en las profecías cumplidas de Jesús, especialmente la destrucción de Jerusalén, y en que no hacían falta los sacrificios en el templo. Así seguían diseminando el mensaje verdadero de Cristo. Los rabinos insistían en que los creyentes en Jesús como el Mesías eran de otra clase (heb.: "minim") de religión. Todo esto estimuló unas discusiones entre los dos grupos sobre tres cuestiones teológicas principales : la interpretación de la escritura, especialmente en cuanto a las profecías mesiánicas, la deidad del Mesías y la unidad de Dios o Su pluralidad. O sea, ¿fue Dios una unidad absoluta o una compleja? Estos conflictos están presentes en Juan 10:32-33 cuando los fariseos querían apedrear a Jesús por la blasfemia, porque decían que era sólo un hombre aunque reclamaba ser Dios. En cuanto a la unidad absoluta de Dios, se preguntó ¿por qué el texto en Génesis 1:26 se refiere a Dios como "nosotros" entonces? 


    Estas discusiones culminaron en la excomulgación de los judíos mesiánicos de las sinagogas, el lugar donde los debates teológicos se llevaron a cabo. Los creyentes en Jesús tenían por costumbre asistir los sábados, aunque también se reunían los domingos. Además, resultó en que un grupo nutrido de judíos se convirtió a Jesús. Entre el 85-90 d.C. los rabinos lograron la expulsión de los creyentes de la sinagoga en parte mediante un cambio en la liturgia. Añadieron "una bendición sobre los creyentes en el Mesías" (Birkat Ha-Minim) que en realidad los rabinos pronunciaban como una maldición. Así que se añadió a las 18 bendiciones originales de los Salmos una más en el año 90 d.C. que hacía 19 ahora. Para este tiempo ya Johanan ben Zakkai estaba muerto y Gamaliel II ya era su sucesor en Jamnia. Esta maldición tenía el propósito de aislar a los judíos mesiánicas y sacarlos de las sinagogas. En, por lo menos, el Cairo se decía que los apóstatas -- los nazarenos y los "Minim" -- "no tenían esperanza." Así que se les obligó a irse de las sinagogas, aunque podían permanecer en el país y se les permitió seguir en contacto social con los otros judíos. Luego, varios años después los rabinos prohibieron el contacto social de los otros judíos con los mesiánicos; tenían que separarse de ellos por ser una gente peligrosa. Entre las dos revueltas se estima entre 70,000 y 100,000 los judíos mesiánicos en la tierra de Palestina.


    La expulsión de los seguidores de Jesús de las sinagogas tuvo varios efectos. Primero, los judíos rabínicos insistían con un vigor renovado en la unidad absoluta de Dios en contra de una unidad compleja o compuesta. Además, la Torá se convirtió más y más en el centro del judaísmo y la fe ortodoxa se hacía más y más inflexible y rígida.

    La Revuelta de Bar Cochba, la segunda revuelta judía (132-135 d.C.): ¿Qué fue la causa de la revuelta de Bar Cochba? Fue el anuncio del emperador Adriano de la reconstrucción de Jerusalén y de sus planes para convertirla en un pueblo gentil. Esta vez en su comienzo los judíos mesiánicos se quedaron en el país y se unieron con los otros judíos en la revuelta, la cual tuvo éxito al principio, pero cuando el rabino Akiba, el maestro más influyente del día, y sus seguidores comenzaron a identificar al líder Simón ben Cociba como Simón Bar Cochba ("hijo de la estrella") y con Núm. 24:17 donde el Mesías está asociado con una estrella, la naturaleza de la revuelta cambió a una lucha religiosa por un nuevo Mesías. Por eso los judíos mesiánicos retiraron su apoyo y fueron criticados como cismáticos. Sin el apoyo de los mesiánicos el ejército judío se debilitó, fue derrotado y los romanos mataron a Bar Cochba y al rabino Akiba.


    Esta derrota trajo los siguientes resultados. El Imperio Romano prohibió al pueblo judío a vivir en Jerusalén, inclusive a los mesiánicos, y por eso desaparecieron de Jerusalén. Muchos se marcharon a Pela y otros a Galilea a la franja occidental de hoy donde formaron centros fuertes de creyentes judíos. Además, se adoptaron unas leyes estrictas para la expulsión de los creyentes judíos del país. Esta acción sirvió para dividir a los judíos mesiánicos aun más de los otros judíos. Los rabinos pasaron una serie de leyes para prevenir la comunión entre las dos comunidades hebreas. Ya que el domingo fue el día de los nazarenos se decía que fue el día festival de la idolatría ("Aven-gilyon": rollo de idolatría). Así que no podrían tener contacto con ellos ni el jueves, el viernes o el sábado. Luego se aprobó otra ley en contra de su contacto con los mesiánicos desde el lunes hasta el miércoles inclusive ("Avon-gilyon": rollo de iniquidad).


    Además, introdujeron cambios en sus creencias de que todos los circuncisos iban al cielo debido a su circuncisión. Ahora ¿qué pasaría con los judíos mesiánicos ("Minim")? La respuesta rabínica en el "Gran Comentario" fue que el ángel iba a recolocar el prepucio de todo judío creyente en Jesús de manera que irían al infierno. Además, surgió un conflicto sobre sus escritos. Por eso algunos rabinos dieron permiso de quemar sus libros una vez que el Nombre Divino fuera sacado, pero otro rabino insistía en quemar los libros de los mesiánicos aun con el Nombre Divino. Luego, hicieron juegos de palabra con el vocablo "evangelio" haciendo claro que los que leían sus libros no entrarían al reino. Finalmente, hubo una ruptura completa entre los dos grupos judíos.

    La segunda mitad del siglo II (150-200 d.C.) hasta el siglo IV: La revuelta de Bar Cochba creó una división adentro del movimiento hebreo cristiano. Algunos de los judíos mesiánicos se dieron por vencidos y volvieron a unirse con el judaísmo rabínico, y los restantes se dividieron en dos grupos. Los nazarenos mantenían una teología ortodoxa mientras que los Ebionitas tenían enseñanzas heréticas.


    Para complicar la situación, hubo desacuerdos con el cristianismo de los gentiles. Los hermanos gentiles separaron de ellos debido a sus prácticas y observancias judías que incluían la celebración del día de la resurrección. ¿Se debe celebrarlo el domingo de la resurrección o el 14 de Nisán, la fecha de la pascua judía? Se discutió el problema en el Concilio de Cesarea (196 d.C.), aunque ningún creyente judío asistió, y decidieron que se observaría en día domingo. No obstante, los creyentes judíos rechazaron esa práctica y seguían celebrándolo en la fecha de la pascua judía.
    En el tercer siglo (200-299 d.C.) perduraba la división entre los cristianos gentiles y judíos mesiánicos sobre las prácticas judías de una parte y de otra, con los judíos rabínicos. De hecho hubo un endurecimiento en cuanto a la obligación de observar la ley conforme al patrón de los fariseos. Como consecuencia de esto los judíos mesiánicos se encontraron presionados de ambos lados, del lado izquierdo por los gentiles y del lado derecho por los judíos rabínicos de los cuales se separaron debido a conflictos sobre la persona de Jesús y la vigencia de la ley en esos tiempos. En fin durante la primera mitad del siglo no hubo cambio positivo debido al apego estricto a la ley de parte de los rabinos.


    En cuanto a la segunda mitad (250-299 d.C.) en general los gentiles se trasladaron de la costa de Palestina al interior del país en la región de las colinas y sus congregaciones se opusieron a las prácticas judías. Pero los rabinos fueron más tolerantes de los judíos mesiánicos quienes observaron tanto el antiguo como el nuevo pacto. Los asuntos doctrinales claves entre ellos fueron la deidad de Jesús y la Torá y, de un lado, la comunidad judía se vio obligada a estudiar las Escrituras para poder refutar al mesianismo y, del otro, los cristianos gentiles reaccionaron en contra de las ideas de los creyentes judíos y sus enseñanzas acerca de las tres resurrecciones, una en el rapto, otra de los salvos antes del establecimiento del reino y la tercera, la de los inconversos, después del reino. Los gentiles no estaban de acuerdo ni con la idea de un reino literal mesiánico ni con la reconstrucción de un nuevo templo judío.


    Durante el cuarto siglo (300-399 d.C.) el movimiento de los cristianos hebreos llegó a su fin. Los cristianos gentiles estaban más unidos y denunciaron a los judíos mesiánicos por su conservación de las tradiciones judías. Estaban presionados desde adentro del judaísmo por los rabínicos y desde afuera por los otros cristianos. En el 325 d.C. se celebró una reunión de obispos en el Concilio de Nicea con el propósito de discutir el problema de los Ebionitas, una herejía judía, y el arrianismo, una herejía gentil. Asistió solamente un obispo de Israel, y ningún obispo representaba a los judíos mesiánicos; tal vez por eso fueron denunciados. En el 341 d.C. se expidió una excomulgación contra todos los que no observaban la pascua en el domingo de la resurrección, y eso incluía a los creyentes judíos quienes observaban la pascua solamente el viernes. El resultado fue su expulsión.


    Otra razón por la cual el movimiento hebreo cristiano desapareció, se debía a que los creyentes judíos se encontraban desparramados y sin unidad entre sí. Eso significaba ahora que solamente había judíos creyentes individuales. Por eso carecían de la capacidad de defenderse de los ataques de las dos frentes -- de los gentiles y de los rabinos -- y desaparecieron de la historia hasta los 1800 d.C.

    El judaísmo rabínico (Siglos IV al XIX d.C.): Surgieron varios grupos durante estos siglos, comenzando con los de la cábala del siglo XIII d.C. Fue un movimiento místico basado en el Libro del esplendor ("Zohar") que fue escrito en arameo o por el rabino Simón ben Yohai (II d.C.) o el rabino Moisés de León (XIII d.C.). Contenía especulaciones alegóricas y mesiánicas junto con un concepto de la Trinidad. Su tesis principal era que Satán y los demonios personalmente se oponían a Dios. La tarea de la cábala era derrotar tanto lo malo como las fuerzas que se oponían a Dios. Los judíos, el pueblo de Dios, se encontraban en el centro de la batalla, porque Israel había recibido un mensaje claro del Señor. Hubo esfuerzos por derrotar a los llamados a obedecer la ley. Si los judíos obedecieran la ley .... si todos guardaban el mismo "sabat," entonces vendría el Mesías. Dos de los rabinos más significativos de la cábala fueron Isaac Luria (c. 1534) y José Karo (c. 1500). Como consecuencia del movimiento surgieron cuatro mesías falsos: David Reubeni, Salomón Molcho, Shabbetai Tvi y Jacob Frank. Otro resultado fue la producción de unas interpretaciones místicas y alegóricas de gran influencia para el esoterismo occidental.

    El hasidismo, un grupo judío que surgió en el siglo XVIII en Polonia, rechazó al Shabbetai Tvi como el mesías y querían desarrollar medios para prevenir el surgimiento de otros mesías falsos. El fundador fue Israel ben Iliezer (Baal Shem Tov, heb: "señor del buen nombre"; el Besht). Se retiraron de los lugares poblados para estar cerca de la naturaleza. Pensaron que su líder hacía milagros al cual la gente acudía en masa y se manifestó mucho entusiasmo en la adoración. Tenía el propósito de rebelarse contra el judaísmo talmúdico y rabínico. Se dieron énfasis en las emociones, el misticismo y las especulaciones; eran optimistas y gozosos. El hasidismo hoy forma parte del judaísmo ortodoxo.

    El Haskala (la ilustración judía), un tercer grupo judío, fue fundado por Moisés Mendelssohn en el siglo XVIII. Decía que los judíos tenían que salir del ghetto, tanto físico como mental. Su meta fue agrandar la cultura judía sin hacerla daño. Un énfasis fue la enseñanza de la Torá en el alemán en vez del hebreo en las escuelas. El movimiento se extendió de Alemania a Rusia y se dividió en dos, el Haskala oriental en Europa que apoyaba la asimilación de los judíos o sea el judaísmo reformado, y el Haskala occidental en Rusia, el sionismo.

    Otra división fue el judaísmo reformado del siglo XIX, una escuela secular que se originó en Alemania en el 1818. Introdujo nuevas formas de adoración con la organización de coros y el uso del lenguaje alemán con un nuevo libro de oración que excluía la mención de un mesías personal. Más bien se concebía al mesías como una misión o una edad mesiánica. No apoyaban la reconstrucción del templo en Jerusalén, pero se daba el nombre de templo a la sinagoga, tal como Templo Beth Shalom. Con estos ya existían dos grupos judíos con diferentes énfasis, la ortodoxa y la reformada.

    El judaísmo conservador surgió en la década de los 1850, ostentando una postura intermedia entre los ortodoxos y los reformados. Se manifestaba a favor de ciertos cambios en el judaísmo histórico, los cuales deben surgir con naturalidad sin forzarlos. Ya por vez primera había tres denominaciones judías. Antes de este siglo los únicos eran esencialmente los ortodoxos.

    Otro grupo a surgir entre los judíos fue el reconstrucionismo que nació en los EE.UU. en el siglo XX. Para ellos el judaísmo es una cultura o civilización religiosa, más bien que un sistema teológico. Cuestionan seriamente la doctrina de los judíos como el pueblo escogido de Dios. Ha sido su costumbre aceptar todas las formas de todas las prácticas judías menos la fe en Jesús como el Mesías.

    Podemos llegar a las siguientes conclusiones acerca del judaísmo rabínico durante los dos mil años de historia. Comenzó en el año 70 d.C. como creación de Johanan ben Zakkai. Siglos más tarde la cábala dio origen al hasidismo en los 1700, que hoy es una expresión de la ultraortodoxia con una dedicación total a la Torá, aunque es más místico que el rabinismo. Con la destrucción del templo en Jerusalén en el año 70 d.C. comenzó la ortodoxia del judaísmo rabínico con Johanan Ben Zakkai. Hoy comprende de aproximadamente 10% a 20% de todos los judíos mientras los no ortodoxos comprenden los restantes 80-90% los cuales se puede dividir en tres grupos: el judaísmo conservador de los 1850, los que tuvieron su origen en la ilustración, el Haskala, de los 1700 que desembocó en el judaísmo reformado y el judaísmo ultraliberal con su origen a finales de los 1900, el reconstruccionismo. Tantas divisiones señalan la existencia de una guerra cultural interna de los judíos en la nación de Israel y en los EE.UU.

    Las divisiones del judaísmo rabínico

    Hay tres ramas o denominaciones principales en el judaísmo hoy -- la ortodoxa, la conservadora y la reformada -- y varias divisiones menores. Cada una de las ramas principales tiene ciertas creencias peculiares con sus propios énfases, pero las diferencias principales tienen que ver con sus prácticas litúrgicas más bien que su teología. 

    El judaísmo ortodoxo preserva todas las observancias y tradiciones que sean factibles. El rabino ortodoxo, normalmente entrenado en escuelas llamadas yeshivas, enseña que una práctica estricta de la liturgia tradicional ayudaría al judío a vivir una vida basada en una buena ética. El ortodoxo trataría de observar la ley de Moisés, pero está dispuesto a admitir que eso es casi una imposibilidad. Ante este fracaso inevitable, diría que un deseo sincero de practicar las obligaciones religiosas tendría más valor que una obediencia literal. En un sentido el clérigo ortodoxo rabínico sigue la tradición de los fariseos. Algunos rabinos son pro-vida y en contra del aborto, pero no aceptan su Biblia como un libro sagrado de la misma manera que los evangélicos, porque pocos sentirían libres de interpretarla personalmente. En este sentido se parecen más a los católicos romanos y los ortodoxos orientales que insisten que una interpretación tiene autoridad cuando procede de la iglesia.

    La segunda división es el hasidismo, un movimiento ultraortodoxo. Estos judíos son estrictos en todos los aspectos de su religión, pero en especial en la observancia de la ley de Moisés. Son más místicos que los otros ortodoxos, los cuales son normalmente más académicos. Típicamente los hombres usan trajes negros o grises oscuros y siempre usan gorros. Debido a sus cualidades místicas y su celo misionero, están creciendo en número y en especial entre los jóvenes. Con su énfasis separatista evitan contacto social con los que no son judíos. Veneran a sus rabinos y estos rigen todas las facetas de la vida dentro su comunidad y son vistos como hacedores de milagros.

    El judaísmo reformado no celebra la mayor parte de la liturgia tradicional de los judíos europeos y usan menos hebreo en los actos de adoración. Han descartado muchas formas tradicionales y el énfasis ortodoxo en el sobrenatural. Subrayan la ética y la autorealización y no dan mucho énfasis a la liturgia antigua. Creen que las leyes y costumbres tradicionales son insignificantes y con frecuencia las creen meras supersticiones. Tratan de adaptar sus prácticas y objetivos religiosos a los tiempos cambiantes. En una encuesta menos del 10% de sus rabinos expresaban fe en un "Dios personal" en sentido tradicional. Son muy parecidos a ciertos protestantes muy liberales como los unitarios que son mejor conocidos por lo que no creen que por lo que confiesan. No sólo han abrazado las ideas de la modernidad, el liberalismo y el humanismo sino mantienen una postura inclusivista hacia el feminismo, la homosexualidad y el agnosticismo.

    El judaísmo conservador busca mantener un equilibrio entre la ética y la liturgia y, por ende, entre los ortodoxos y los reformados. Consideran que es malo enfatizar demasiado tanto la liturgia como los aspectos éticos de la fe. Conservan los elementos religiosos que para ellos tienen significado y eliminan las prácticas que consideran muy anticuadas para esta edad. Actualizan sus practicas y creencias tradicionales mediante traducciones al vernáculo, como el inglés y el español, y abrazan algunas innovaciones modernas que los ortodoxos considerarían inaceptables. Además, tienden a minimizar lo sobrenatural. Es el grupo judío más grande y de más rápido crecimiento en los EE.UU. con aproximadamente 2,000,000 de seguidores. 

    El movimiento reconstrucionista, un vertiente del conservadorismo, insiste en que el judaísmo es una cultura, una manera de vida y una religión. Lo ven como una civilización religiosa que requiere una adaptación constante a las condiciones contemporáneas para facilitar a que los judíos puedan identificarse mejor y con más sentido a la comunidad hebrea.

    Además de las ramas principales y las subdivisiones ya mencionadas, hay grupos más pequeños. El judaísmo humanístico es un movimiento autodenominado secular fundado en Michigan en el 1969. Reclama ser una parte de la "revolución secular" y "una alternativa clara al judaísmo rabínico." Es un judaísmo ateo que afirma la importancia de la identidad judía, presentándose como una alternativa a la religión tradicional teísta.

    El sionismo, a veces equivocadamente considerado un movimiento religioso, contiene una ideología esencialmente política, más bien que religiosa, centralizada en un regreso a la tierra de Israel. No obstante, su motivación y su celo siempre le han hecho parecer religioso.

    El judaísmo mesiánico  adora a Jesús como el Mesías igual a los cristianos verdaderos. Debido a su deseo de mantener una clara identidad judía en vez de ser integrados a las iglesias de los gentiles y perder sus prácticas culturales, usan expresiones y ceremonias hebreas que los distinguen de los otros cristianos. Combinan conceptos y ritos hebreos en su adoración del Dios Trino.


    En conclusión, se puede afirmar que el judaísmo ortodoxo se parece al catolicismo romano y la Iglesia Ortodoxa oriental por su fuerte énfasis en la tradición. Los judíos reformados se parecen a ciertos protestantes muy liberales como los unitarios por su énfasis en el humanismo y el judaísmo conservador al protestantismo moderno liberal por subrayar la forma más que el contenido doctrinal. Pero en el judaísmo no existe un equivalente a las iglesias evangélicas que subrayan una relación personal con Dios conforme a la Biblia. Aunque hay quienes piensan que los judíos ortodoxos lo hacen, no es cierto, porque se interesan más en vivir de forma tradicional según los preceptos e interpretaciones de los rabinos. Por eso se parecen a los fariseos en su doctrina. En realidad no tienen un concepto de una relación personal con Dios.  Finalmente, cabe señalar que por ser tan diverso, es difícil generalizar sobre el judaísmo, pero es definitivo su énfasis en el comportamiento más que en la doctrina.

Las creencias del judaísmo 

Las Escrituras


    Para los ortodoxos las escrituras hebreas o como ellos las llaman el "Tanakh" se refieren a los 39 libros del Antiguo Testamento. Aunque es el mismo texto de nuestras Biblias, el orden de los libros varía y a veces los números de los capítulos y los versículos también varían. En el judaísmo su Biblia es considerado la Palabra de Dios, pero se le atribuye a cada división un nivel diferente de inspiración. Para ellos los primeros cinco libros de Moisés o sea el Pentateuco o la Torá están inspirados por Dios mientras que los "profetas" son un poquito menos inspirados y la inspiración de los "Escritos" es aún inferior. Los liberales del judaísmo reformado consideran la Escritura como algo superior a las tradiciones folklóricas, pues se trata de una colección de la sabiduría del pueblo judío después de haber pasado por el cedazo de siglos de experiencia hebrea. Los conservadores mantienen una postura intermedia entre los ortodoxos y los reformados.


    Para todos la Escritura es incompleta sin la "Segunda Ley," la Oral. Esta ley se encuentra principalmente en los escritos tradicionales del Talmud que está compuesto de varios libros que incluyen la Mishna y los comentarios escritos en la misma página. Existen compilaciones populares de las reglas del Talmud que resumen las guías para ordenar la vida y la casa judías. Significativamente el judaísmo da mayor autoridad a estas tradiciones, pues se enseña que aunque una voz del cielo contradijera el consenso de los sabios, la misma ha de ser rechazada.


Dios


    El verso clave para el judaísmo rabínico es la Shema (heb.: "oír"): "Oye, Israel, Jehová nuestro Dios uno es" (Dt. 6:4). La palabra clave en este versículo que proclama la unidad de Dios es un vocablo hebreo que permite una unidad compuesta o compleja. Eso se ve en la referencia a que el hombre y la mujer sean "una sola carne" (Gn. 2:24) y "fue la tarde y la mañana un día" (Gn. 1:5). Pero más y más el judaísmo ha preferido usar otra palabra que especifica una singularidad o unidad absoluta que no permite cualificaciones. Profesa la creencia en un Dios esencialmente trascendente  que para muchos judíos es Uno impersonal, o sea, algunos tienen a un Dios que es esencialmente un constructo filosófico, una fuerza impersonal.

El hombre


    Hoy el judaísmo rabínico subraya más la idea del hombre como un ser creado a la imagen de Dios que el corolario de su caída en el pecado debido a su desobediencia. El efecto de esto produce un enfoque esencialmente optimista e idealista, de manera que mediante sus propios esfuerzos personales el ser humano es capaz de vencer lo que le separa de Dios. Así el hombre luchador logra alcanzar a Dios aunque sea cuesta arriba. También el judaísmo subraya la libertad absoluta de la voluntad del ser humano. Se ha dicho que se logra la expiación mediante la cooperación de Dios y el hombre, pero la obra del hombre realizada mediante su propia fuerza lleva la delantera.

El pecado


    El judaísmo rabínico está motivado por el deseo de hacer la voluntad de Dios como está revelada principalmente en la ley de Moisés, pero elaborada y aplicada a las condiciones cambiantes a través de los siglos. Aunque siempre el hombre puede escoger entre el bien y el mal, su dignidad y su naturaleza esencialmente buena requieren una libertad para escoger entre los dos, pero está inclinado a hacer el bien. Así tienen un enfoque optimista acerca de la capacidad del ser humano para hacer la voluntad de Dios. Como consecuencia, normalmente el pecado no es una gran preocupación de esta religión.


    Con la destrucción romana del templo en Jerusalén en el año 70 d.C. el judaísmo ya no podía ofrecer los sacrificios estipulados en el libro de Levítico a pesar de ser un sistema fundamental para que el ser humano pudiera acercarse a Dios -- aunque fuera por via indirecta o sea, a través de la sangre de los sacrificios. El judaísmo rabínico cambió esa postura cuando comenzó a enseñar que el hombre podría acercarse a Dios directamente.

La expiación


    Con la destrucción del segundo templo en Jerusalén han surgido por lo menos tres posturas tocante a la expiación por el pecado. La más común es que el arrepentimiento, los rezos y las buenas obras sirven de expiación. Otros enseñan que los sufrimientos del pueblo judío, como un todo, proveen su propia expiación. Para esto se apoyan en su interpretación del poema del siervo sufriente o doliente de Jehová (Isa. 53) como el pueblo judío. Una tercera postura afirma que el pueblo judío en virtud de ser hebreo automáticamente tiene un papel en el mundo venidero. Ninguna de las posturas incluye la necesidad de la regeneración de parte de los seres humanos. Si un judío se extravía, sólo es necesario "regresar," o sea, arrepentirse y andar en los caminos de Dios.

El Mesías


    Existen varios enfoques sobre el Mesías. A veces se lo conceptúa en términos impersonales y en otras personales. Algunos lo conciben como un futuro libertador-político o militar, pero otros lo visualizan como una edad dorada de paz y prosperidad y todavía otros, lo identifican en términos nacionalistas con el estado moderno de Israel.
    Los ortodoxos siguen creyendo en un Mesías personal y su liturgia realce su figura, pero no ocupa un rol predominante en el pensamiento judío contemporáneo. Los reformados y los conservadores están muy lejos de abrazar el concepto de un Mesías personal. No obstante estas diferencias en cuanto al Mesías, sí hay unanimidad en el rechazo de Jesús de Nazaret como el Mesías, pues el judaísmo no considera esencial a un Mesías para entrar en el Reino de Dios, porque piensan que ellos mismos tienen que establecerlo en la tierra. Por ende en vez de ser el Reino de Dios, es el hombre quien ha hecho a Dios Rey.

Jesús


    Una enseñanza central al judaísmo rabínico es su negación de Jesús como el Mesías. También niegan terminantemente su deidad. Aunque reconocen su vida histórica, no tenía ningún rol mesiánico. Fue únicamente un ser humano. Cuando los eruditos hablan de reclamar a Jesús como judío, normalmente tienen referencia a los conceptos hebreos de él sin otorgarle autoridad o originalidad alguna. Fue nada más que un humilde maestro y reformador. Como tal no vale más que una mención oscura en una nota al calce a la historia judía.

El holocausto


    El holocausto bajo los nazis de Hitler a mediados del siglo XX ha sido el evento que más ha traumatizado al pueblo judío desde la destrucción del templo en el año 70 d.C. Aunque el horror del genocidio ha chocado con su teología contemporánea, en vez de ser un reto para la perspectiva optimista del hombre, su pregunta predominante ha sido, "¿Dónde estaba Dios cuando los 6,000,000 murieron?" Su fe en Dios fue más frágil que su fe en el hombre lo cual se debe en parte a la falta de énfasis en el judaísmo rabínico sobre las enseñanzas bíblicas acerca del pecado y la vida ultratumba, el lugar donde las injusticias de este mundo pueden ser corregidas. Como consecuencia del holocausto un número significativo han perdido la fe en Dios. 

 

Costumbres típicas 

    Hay ceremonias especiales para los hijos de ambos sexos cuando nacen y en el caso del varón envuelve la circuncisión. Años después tienen una ceremonia especial para la confirmación cuando el niño llega a ser bar mitzvach o "hijo del Mandamiento."


    En el calendario judío el "sabat" (heb.: "descanso") semanal judío conmemora dos eventos principales: el acto de la creación de Dios y Su obra de liberación de Su pueblo de la esclavitud egipcia. Ese día comienza con la puesta del sol el viernes y termina con la puesta del sol el sábado. Es un día de adoración, relajamiento y aprendizaje. Con frecuencia comienza con una ceremonia de una cena en familia la cual es seguida por servicios religiosos en la sinagoga o el templo.


    Tienen varios días festivos y festivales importantes durante el año basado en un calendario lunar. Rosh hashana, el año nuevo judío que a veces se celebra en septiembre, comienza diez días de penitencia. Es un tiempo para el autoexamen, la reconciliación entre personas y el arrepentimiento hacia Dios. Mediante el Shofar, el soplo del cuerno del carnero, se convoca al pueblo a una renovación de vida espiritual al Dios soberano del pacto entre Israel y Dios. Yom Kippur, el Día de la expiación, culmina el tiempo penitencial mediante un día de ayuno que finaliza con una ceremonia de confesión pública de una lista de pecados en orden alfabético. 


    Succot, la "Fiesta de los Tabernáculos," es una fiesta de ocho o nueve días de acción de gracias expresada en parte mediante una liturgia especial. La preparación de tiendas de campaña o bohíos les recuerda de su peregrinación en el desierto. También, conmemora el fin de la lectura anual de los primeros cinco libros de las escrituras hebreas.


    Hánukka, la "Fiesta de Dedicación" o de los Candelabros celebrada a finales de noviembre o a principios de diciembre, conmemora la independencia judía y la libertad alcanzada por los macabeos cuando eliminaron la opresión siria en el siglo dos a.C. Es esencialmente una fiesta que conmemora la rededicación del templo profanado de Jerusalén después de la victoria judía. Se prenden ocho velas o luces durante los ocho días de la fiesta.


    Purim, la "Fiesta de Suertes" celebrada en febrero o marzo, conmemora la victoria sobre el impío Amán de Persia que se describe en el libro de Ester. Es la fiesta que menos solemnidad religiosa expresa.


    Pesah, la "Pascua" observada en marzo o abril, conmemora la liberación de Egipto en tiempos de Moisés. Sus observancias están centralizadas principalmente en el hogar mediante una cena ritual ("seder"; Ex. 12) que cumple el mandamiento bíblico de contar la historia del éxodo a los hijos (Ex. 13:8) y ayudan a mantener una esperanza mesiánica entre el pueblo. En "la mesa familiar se provee una silla vacía y un vaso de vino para Elías, en la esperanza de que él traerá al Mesías".


    Se celebra Shavuot ("Pentecostés") en mayo o junio, cincuenta días después del comienzo de la Pascua. Se relaciona con ciertas cosechas y la entrega de los Diez Mandamientos a Moisés. Se acostumbra leer ciertas porciones de las escrituras hebreas durante estos días.


    Desde el 1951 se ha conmemorado el Holocausto ("Yom HaShoah") en marzo o abril mediante la costumbre de prender seis velas por los 6,000,000 de víctimas de los nazis. Además, se recitan el rezo tradicional judío por las víctimas que murieron.


    Entre las cosas sagradas y los símbolos  están el arca, las filacterias y la estrella de David. El arca donde se guardan los rollos de los cinco primeros libros de las escrituras hebreas es el relicario central de la adoración en las sinagogas. Es un gabinete hermoso con un candelabro o menorah de siete luces en ambos lados que es central en el culto del sabat. A menudo tiene las tablas de la ley sobre el arca y en frente de éstas hay una "luz eterna," que siempre está prendida para simbolizar la eternidad de Dios y la forma judía de vida.


    Siguiendo las instrucciones de Dt. 6:4-9, usan filacterias y dos cajas cuadradas de cuero con fajas. Se ata una de las cajitas a la cabeza y la otra en el brazo. Adentro aparecen pasajes de la ley, incluyendo la Shema. Además, se ata una cajita de metal o de madera con porciones de la Shema en los postes o las puertas del hogar con el propósito de recordar a la familia su responsabilidad con Dios. Tal vez el símbolo más conocido es la estrella o escudo de David que es una estrella formada por dos triángulos trabados.


    Hoy en Puerto Rico hay quienes tienen una fascinación con las cosas y costumbres hebreas y desean incorporarlas en las iglesias evangélicas como si se tratara de una manera de restaurar la verdadera adoración. En el pasado la iglesias católicas, inclusive la Católica Romana, incorporaron costumbres judías tales como un sacerdocio especial, ciertos ritos, aspectos de su liturgia, el uso de rezos, incienso y velas. ¿Les llevó a mejores prácticas espirituales? Hoy hemos de tener mucho cuidado de que no seguimos la moda e incorporamos las formas o prácticas que nos llevan por rumbos parecidos de desviación. Es mejor adoptar la fe en el Mesías y sus enseñanzas espirituales que son superiores a la liturgia judía y sus otras formas de expresión.

Israel, el nuevo estado judío 

    Muchos cristianos dicen que la creación del estado de Israel como nación independiente fue el cumplimiento a profecías y promesas bíblicas.  ¿Cómo surgió? 


    Permaneció siempre un núcleo de población judía en Palestina, pero en el último cuarto del siglo XIX surgió un movimiento en el judaísmo europeo oriental que promovía un regreso a la tierra de Israel. En Rusia otro impulso sionista a regresar y formar un estado judío causó a unos 35-40,000 a inmigrar entre 1904-14. Luego con el apoyo británico entre 1919 y 1923 otros 35,000 fueron y posteriormente entre 1924-39 emigraron 345,000. Aunque ya había tensiones entre los árabes y los judíos, en el 1939 el gobierno británico apoyó un plan para la formación de un gobierno compartido entre los judíos y los árabes dentro de 10 años, pero debido a continuos conflictos entre estos se entregó a las Naciones Unidas la responsabilidad de resolver el problema en 1947. Esta organización mundial apoyó la propuesta división de Palestina en dos estados, la cual los judíos aceptaron, pero los árabes rechazaron y fomentaron una intensa ola de terror. En el 1948 Israel se proclamó estado independiente. Estalló una lucha que terminó en 1949 con Israel en posesión de una región compuesta esencialmente de Galilea. Medio millón de árabes abandonaron sus tierras y desde el 1948 más de un millón de inmigrantes judíos llegaron. Durante otros conflictos tales como las guerras de 1956 y 1967 Israel amplió su territorio como el vencedor. Luego en el 1979 se logró un tratado de paz con Egipto, dejando un estado judío con las fronteras de hoy. No obstante, Israel nunca logró una paz completa con los árabes de diferentes naciones.


    A pesar de que Israel es hoy un estado secular -- no religioso --, muchos cristianos creen que el regreso del judío a la tierra santa señala la pronta venida de Cristo y aun algunos anticipan la reconstrucción del templo judío cerca del Muro de las Lamentaciones en Jerusalén y la restauración de su sistema de sacrificio animal. Otros cristianos están en desacuerdo, porque el pueblo de Dios es uno, representado por un olivo (Ro. 9 al 11) no dos y porque el cumplimiento del propósito del pacto es una realidad espiritual en una nación verdadera con una nuevo pacto con Dios. Así que el futuro de Israel depende de su respuesta a la revelación definitiva de Dios en Cristo Jesús. 

Compartiendo nuestro testimonio con un judío

    Un testimonio cristiano debe ser caracterizado por la humildad, la oración y una compasión genuina. En ningún momento debe dar la impresión de arrogancia, superioridad o mostrar la falta de respeto por la cultura judía. La misma Biblia advierte en contra de este tipo de orgullo (Ro. 11:13-32). Conviene usar expresiones que dan énfasis en el origen de nuestra fe en el judaísmo. Por ejemplo, se recomienda el uso de la palabra "Mesías," la cual viene del hebreo, más bien que "Cristo" que es griego en su origen y en vez de decir "Antiguo Testamento" es mejor decir "las escrituras hebreas."


    Moishe Rosen  recomienda que cuando personas le hacen a uno una pregunta espiritual es mejor resistir la tentación de dar una contestación rápida. Este proceder es especialmente efectivo cuando uno se encuentra atendiendo a varias personas a la vez. Es mejor hacer una cita con la persona para contestarle de forma más completa mediante un estudio corto con la Biblia abierta. No es necesario tomar mucho tiempo y se puede comenzar con una oración e ir al grano. Es mejor medir la discusión con cuidado y decirle de menos que de más. Pero en todo el proceso de diálogo con su amigo judío hay que usar el arma secreto del cristiano, la oración.


    Una técnica recomendada por Rosen para comenzar la conversación con un desconocido es mediante preguntas que fomentan una discusión. Un ejemplo es: "Si tú fueras este servidor, ¿cómo hablaría con alguien como tú acerca de la Biblia y el Mesías?" Si te dice que es imposible o que sería ofensivo, entonces acepta su respuesta sin insistir más. Otras preguntas  sobre su opinión pueden animar a la persona a hablar y expresarse. Sirven para abrir paso a conversaciones muy serias. Es muy útil hacer algún comentario positivo acerca de los judíos y tener cuidado especialmente de no contradecir a la persona de una manera ofensiva.


    Ciertas doctrinas cristianas tienen que ser clarificadas, tales como el pecado, que nos separa de Dios, la salvación lograda por el poder de Dios y el concepto del Mesías como el que llevó nuestro pecado. Se recomienda el uso de versos bíblicos en el Antiguo Testamento tales como: el pecado (Sal. 14:2-3; 51:5; Ecl. 7:20 e Isa. 59:1-2); la expiación (Lev. 17:11; Isa. 53:5-6); el Mesías (Isa. 53; Dan. 9:16 y Miq. 5:1 (es el verso 2 en nuestras traducciones); la fe (Gn. 15:6; Núm. 21:7-9; Joel 2:32). 


    Se puede usar toda la Biblia cristiana y la hebrea sin temor, porque muchos judíos son educados mediante su cultura, sus costumbres, la liturgia, los días feriados y su historia más que por la Biblia. Cuando se hace referencia a pasajes, es bueno explicarlos y permitir a la persona leer algunos. Evita el usar de demasiados pasajes en una sola discusión o lección.


    Aunque algunos recomiendan el uso de las profecías mesiánicas en las escrituras hebreas, Rosen prefiere los primeros cuatro capítulos de Juan, porque allí se establece la deidad de "Y'shua," el Creador, y la razón por qué algunos no recibieron la luz verdadera debido a su pecado (Jn. 1:11; 3:19; Ro. 3:23), pero otros recibieron al que llevó los pecados y nacieron de nuevo (Jn. 1:12; 3:1-12). Otras ideas importantes a abordar aparecen también en estos capítulos, tales como la resurrección (2:19-22; Isa. 53:8-10), la asistencia de Y'shua a la pascua (2:23), Su  muerte expiatoria (3:14-16) y la condenación de todo el mundo que no cree (Jn 3:16-20). Rosen recomienda también el uso del credo apostólico como un suplemento al Juan 1 al 4, porque contiene lo básico que se debe enseñar acerca del caminar cristiano.


    Al señalar varias objeciones típicas de los judíos acerca de Cristo, Rosen indica que la verdadera objeción sin vocalizar es que no están dispuestos a encarar las consecuencias personales de una fe personal en Jesús como el Mesías, porque otros los llamarían traidores. Para ayudarles con este dilema, se exige no solamente palabras sino también mucha energía, paciencia y amor y en algunos casos su respuesta tarda meses y años. Señala, además, una serie de objeciones sociales, tales como: ¿Por qué necesitan los judíos a Cristo cuando son tan morales y buenos como los cristianos? Ya que los cristianos odian a los judíos, ¿cómo podría uno cambiar al lado de los que han perseguido a su pueblo a través de los siglos? ¿Cómo pueden los judíos creer que son el pueblo escogido por Dios, o aun que Dios existe, cuando 6,000,000 fueron asesinados en el holocausto?


    Según Rosen, hay ciertas objeciones típicas doctrinales (93-95). (1) Los cristianos adoran a tres dioses, pero el judío adora uno solo. (2) ¿Cómo puede un hombre como Jesús hacerse Dios, como enseñan los cristianos? (3) No es posible creer en una religión que enseña que una virgen da luz a un hijo. (4) Jesús no cumplió todas las profecías mesiánicas, pues el Mesías traerá la paz a la tierra, pero todavía hay guerras. (5) Los cristianos creen que todos somos pecadores desde el nacimiento, pero los judíos creen que todos son esencialmente buenos. (6) Los judíos van directamente a Dios cuando rezan sin la necesidad de un mediador. (7) Por 3,500 años los judíos han creído ciertos conceptos acerca de Dios, pero el cristianismo, que es mucho más nuevo, se basó en un malentendimiento de los gentiles del Antiguo Testamento y lo han mezclado con pensamiento pagano.


    En conclusión afirmamos la realidad de la sobrevivencia del judaísmo por más de tres milenios aunque ha pasado por varios paradigmas en cuanto a la expresión de su fe.  Algunos ven esta sobrevivencia aun después de siglos de persecución y masacres como un milagro de Dios.

[1]Moore, Donald T. "Religion" en Bender, Lynn Darrell (Ed.) The American Presence in Puerto Rico. Hato Rey: Publicaciones Puertorriqueñas, Inc., 1998. p. 233-234; Ezratty, Harry A. 500 Years in the Jewish Caribbean. Baltimore: Omni Arts, Inc., c. 1997. p. 72-75. Román Vadiz, Alicia, "Los judíos en el Caribe y la experiencia puertorriqueña," El Nuevo Día, 24 Abril de 1988, pág. S-8 y S-9.

[2]Conferencia de Bob Morris sobre el judaísmo rabínico en marzo de 1999.

[3]Posiblemente fue "una referencia al método de los canaanitas de sacrificar" los cabritos.

[4]Ver en "¿Eres un cristiano del Antiguo o Nuevo Testamento?" en Las doctrinas sanas y las sectas malsanas, I:26-29.

[5]Son los mismos tres temas que hasta el día de hoy separan a los mesiánicos de los otros judíos.

[6]Otros pasajes bíblicos que infieren una pluralidad dentro de una unidad son: la palabra para Dios en Gn. 1:1 (Elohim) que literalmente quiere decir "dioses." Gn. 1:26 y Isa. 6:8 usan pronombres para Dios e Isa. 48:16 definitivamente implica una pluralidad (Rosen, 93).

[7]Rosen, Moishe y Ceil. Witnessing to Jews. San Francisco: Purple Pomgranate Productions, 1998. P. 17-20.

[8]Aunque hemos incluido estos como judíos, como lo hacen los judíos mesiánicos, los otros grupos judíos no los clasificaría así.

[9]Rosen, p. 19.

[10]He seguido de cerca el "Interfaith Witness Belief Bulletin: Judaism", de Jim R. Sibley, p. 2-3.

[11]Ver "La creación y la nueva era" en Las doctrinas sanas y las sectas malsanas, I:125-129.

[12]Copeland, E. L. El cristianismo y otras religiones. El Paso: CBP, 1977, p. 102-105.

[13]Citan textos como Isa. 10:20-30, Eze. 37:12, 14, Zac. 10:8-12, Jer. 31:35-40 y 33:17-22. Ver Walter C. Kaiser "An Assessment of 'Replacement Theology'" (Mishkan #2, 2/1994), p. 9-20.

[14]Ver John P. Newport. El León y el Cordero. El Paso: CBP, 1989, p. 149-153.

[15]El libro del fundador de los "judíos para Jesús" proporciona muchas buenas ideas, p. 49-95.

[16]Ejemplos de otras preguntas aparecen en las p. 67-68.

[17]Ver el boletín de Sibley.

[18]Küng, Hans. Judaism. New York: Crossroad, 1992.
 

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